By Neal Taparia - 9/6/2024
En Solitario Klondike, del que hablaremos aquí, todas las cartas de la baraja se distribuyen en tres zonas del juego. Una muy importante es el tablero, pues es en donde tienen lugar las acciones decisivas del juego. Aquí se deben construir secuencias partiendo de una cantidad determinada de filas en forma de cascada.
La construcción adecuada de estas secuencias es imprescindible para ganar el juego. Cabe entonces formularnos la siguiente pregunta: ¿cuántas filas se usan en Solitario? Pues bien, para saber la respuesta no necesitas contratar a un maestro de los naipes: aquí te lo diremos para que lo puedas poner en práctica al jugar Solitario desde tu ordenador.
Antes de decir cuántas filas se emplean en Solitario, concentrémonos un momento en el tablero, que es donde dichas filas se construyen y donde queda reflejado cuál es el orden de Solitario, como veremos en breve.
Vale destacar que a la construcción que resulta de organizar los naipes de una fila en función de su número y color la llamamos ‘secuencia.’ Es poco probable lograr crearlas de forma inmediata.
Quienes lo han hecho, lograron batir récords. De hecho, si alguna vez te has preguntado cuál es el récord mundial de Solitario, aquí tan solo te adelantamos que en este juego se han alcanzado récords de tiempo asombrosos.
Como dijimos, el tablero es una de las tres zonas en las que tiene lugar el desarrollo del juego. Las otras dos son las fundaciones, que son cuatro celdas en las que se debe apilar cada palo en orden creciente; y el mazo de reserva, una pila integrada por todas las cartas que sobran después de haber distribuido las demás en el tablero.
El tablero está ubicado justo debajo de las fundaciones y del mazo de reserva. Se compone de veintiocho naipes con los que, en principio, se debe construir una serie de filas en forma de cascada. No todas las filas tienen la misma extensión.
La más pequeña, situada en el extremo izquierdo del tablero, consta de una sola carta, que se pone boca arriba. La más grande, ubicada en el extremo derecho, está integrada por siete.
La última carta de cada fila, pues recordemos que todas tienen forma de cascada, debe ponerse boca arriba; las que la preceden, han de estar colocadas boca abajo. Por ejemplo, en la fila de siete naipes, la séptima carta ha de estar descubierta; pero las seis anteriores a ella, deben estar colocadas boca abajo.
Es posible mover las cartas de una fila a otra, pero siempre y cuando se cumplan ciertas condiciones. Una de ellas es que la carta de la fila de salida sea de un número mayor en una unidad a la de llegada. A manera de ejemplo, si queremos mover una J, deberemos ponerla debajo de una Q, pues en orden creciente y consecutivo, Q es el naipe que sigue a J.
Otra condición es que la carta que movemos sea de un color de palo diferente a la carta que se encuentra debajo. Valiéndonos del ejemplo anterior, si la J es Diamantes y la ponemos debajo de la Q de otra fila, ese movimiento sólo será válido si la Q es de Tréboles o de Picas.
Evidentemente, cuando movemos una carta, la fila de la cual sale queda con todas las cartas boca abajo. En este caso, descubriremos su último naipe, teniendo dos posibles casos. Si es inmediatamente menor en número y de un color de palo diferente, procedemos como en el caso de la J y la Q. Si esta condición no se cumple, entonces dejamos la carta en el lugar que estaba antes de voltearla.
Como habíamos dicho, la columna más pequeña del tablero tiene una carta, y la más grande, siete. Pero a partir de la primera columna se debe satisfacer una condición: cada una de las siguientes columnas deben tener una carta más que inmediatamente anterior. Sin embargo, dado que la fila más grande es la séptima, esto nos da un total de siete filas en el Solitario