¿Cómo va el Orden de Solitario?

By Neal Taparia - 9/3/2024


Para lograr ganar una partida de Solitario, es necesario saber cuál es el orden en que se deben poner las cartas a medida que avanza el juego. En el Klondike, la versión más popular del Solitario–y de la que hablaremos aquí–este orden tiene en cuenta tanto el número como el palo de cada naipe.

¿Cómo va el orden de Solitario? Aquí te lo contamos. Una vez lo sepas, anímate a jugar Solitario en línea gratis para poner en práctica lo que te compartimos.

Antes de descubrir el modo de organizar las cartas en Solitario, comencemos entendiendo qué movimientos se deben realizar desde el inicio de la partida, así sabremos cómo alcanzar el orden que buscamos establecer entre los naipes.

Movimientos en el Tablero

El tablero está situado en la parte inferior derecha de la mesa. Al inicio de la partida, lo integran veintiocho naipes escogidos al azar, organizados en un cierto número de filas en cascada. Una vez organizadas de esta manera, las cartas podrán moverse entre una fila y otra para construir secuencias, dependiendo del naipe que tengamos en la fila de partida y en la de llegada.

Seguramente has notado que no hemos indicado la cantidad de filas que deben ponerse en el tablero. Tan solo hemos dicho que veinte cartas las componen. ¿Cuántas filas se usan en Solitario?

En el Klondike, siempre son siete, construidas de un modo muy bien definido. Es una regla que existe desde el nacimiento del Solitario.

La columna más pequeña, ubicada en el extremo izquierdo, se compone de una sola carta que debe colocarse boca arriba. A partir de ella, todas las filas siguientes deben tener un naipe más que la anterior y terminar con el último boca arriba.

Por ejemplo, como la primera fila se construye con una sola carta destapada, la segunda se armará con dos, de las cuales la última se pondrá boca arriba. Este patrón se repetirá hasta la séptima fila, integrada entonces por siete naipes, siendo el último el que habrá de ponerse al descubierto.

En principio, las cartas que podemos mover entre una fila y otra son las que están boca arriba. Como dijimos, esto dependerá del naipe que tengamos en la fila de salida y en la de llegada. La carta movida deberemos ponerla justo debajo de otra que esté descubierta. Pero esto solo es posible si entre ambas cartas se cumple una condición que explicaremos más adelante.

Al cumplirse esta condición, la fila de salida quedará con todas las cartas bocabajo. En este caso, giraremos solamente su último naipe y lo ponemos descubierto en el mismo punto. Si la carta obtenida se relaciona con la de otra fila de la forma que en breve detallaremos, también podremos moverla y repetiremos el mismo procedimiento.

Movimientos en el Mazo de Reserva

Más que permitirnos realizar movimientos, el mazo de reserva tiene como función proveernos de cartas cuando en el tablero no tengamos ninguna con la que podamos construir secuencias. De este mazo es válido sacar todas las cartas que nos resulten útiles, pero siempre y cuando se tome una por una.

Movimiento en las Fundaciones

Las fundaciones son cuatro celdas situadas una al lado de la otra. En cada una de ellas deben ponerse los ases obtenidos del tablero o del mazo de reserva. Encima de cada as deberán apilarse en orden consecutivo y creciente los naipes del mismo palo. Por ejemplo, sobre un as de Diamantes, se puede poner un dos del mismo palo y los siguientes números hasta llegar a la K.

Orden de Solitario

Como ya expresamos, podemos mover una carta de una fila a otra si entre la carta de la fila de llegada y la que queremos mover se cumple una condición. Esta establece que la carta que trasladaremos debe ser de un número menor y de un color de palo diferente a la de la fila de destino.

Por ejemplo, si el naipe que deseamos desplazar es un siete de Diamantes, solo podremos ponerlo si la carta de la otra fila es un ocho de Picas o de Tréboles. Al orden entre cartas que resulta de estos movimientos se le llama secuencia.